martes, 3 de abril de 2018

Barroco: teatro (Lope, Calderón y Tirso)

Fuente: https://lclcarmen1bac.wordpress.com
Durante el siglo XVII se produce un fenómeno absolutamente novedoso: el teatro se convierte en el género literario por excelencia, el de mayor éxito, el más seguido por el público. Por supuesto, la creación literaria, el texto, es solo la base, el pretexto para la verdadera y última creación artística: la representación. Varios son los factores que contribuyeron al desarrollo del teatro en el Barroco:
  • La demanda  popular de espectáculos trajo consigo la institución de espacios fijos para la representación de comedias, denominación genérica que se aplicó a todas las obras profanas en la época. Estos fueron los corrales de comedias.
  • La ingente proliferación de obras y autores (poetas, se decía entonces), nacida de la demanda de ese público amplio y popular. Destaca también la coincidencia en el tiempo de geniales dramaturgos, con una capacidad asombrosa de creación y de trabajo; quizá también motivados por el afán de éxito artístico y económico.
  • El establecimiento de compañías grandes y, en muchos casos, estables, aglutinadas en torno a un director-empresario: el autor.
Antes de que se utilizaran recintos cerrados para la representación teatral, las obras se ponían en escena en la calle, en tablados improvisados en las plazas públicas. Las compañías de teatro, que antes vivían de “la voluntad” y a posteriori de la representación, comprendieron que solo podían tener una rentabilidad económica de su trabajo si podían cobrar entrada previamente a la representación. Para ello era imprescindible acotar un espacio, cerrarlo y convertirlo en estable. Este espacio ideal se encontró en los corrales, en los patios interiores que formaban las agrupaciones de casas. 


El único corral del comedias que sigue funcionando de todos estos es el corral de comedias de Almagro.
corral-de-comedias


Esta nueva forma de hacer teatro alcanza su madurez en la última década del siglo XVI con Lope de Vega, el verdadero genio creador de una nueva formas de teatro, cuyas bases teóricas expone en los versos del Arte nuevo de hacer comedias (1609). Calderón de la Barca, ya avanzado el siglo XVII, será el que lleve la nueva comedia a su plenitud. Otro dramaturgo a reseñar de esta época es Tirso de Molina (el creador del mito de don Juan).
1.-LOPE DE VEGA



Lope Félix de Vega y Carpio, llamado el Fénix de los ingenios fue un escritor muy prolífico: cultivó todos los géneros. Fue excelente poeta, notable prosista y genial dramaturgo. Autor de una amplísima obra literaria, vivió, por otra parte, una de las vidas más apasionadas de la historia de la literatura española.
Para aquellos que os sentís fascinados por las vidas ajenas, dejad de ver Sálvame y leed una vida realmente interesante:
Nació en Madrid, en 1562, de familia de clase media con pretensiones de nobleza. Desde muy joven demostró una precocidad extraordinaria. En su ciudad natal estudió en los teatinos y, más tarde, en Alcalá y Salamanca. Intervino en la conquista de la isla Terceira y regresa de nuevo a Madrid. Su vivo y apasionado carácter le lleva a tomar la vida como viene y con demasiada prontitud. De ahí los vaivenes sentimentales, que le proporcionaron numerosos problemas a lo largo de su vida, así como frecuentes cambios de actitud vital. En Madrid, se enamora de la actriz Elena Osorio (la Filis de sus versos). Abandonado por ésta, a los cinco años, escribe unos poemas que le valen el destierro. Poco después, se casa por poderes con Isabel de Urbina (la Belisa de sus versos). Embarca en la Armada Invencible. De nuevo en España, se instala en Valencia, donde se dedica a una intensa creación. Entra al servicio del duque de Alba y se traslada a Alba de Tormes, donde muere su esposa.
Vuelve a Madrid y contrae matrimonio con Juana de Guardo, lo que no dificulta las relaciones con Micaela Luján (Camila Lucinda en sus versos), de la que tuvo cinco hijos. Rompe con Micaela y, poco después, mueren su esposa y su hijo Carlos Félix, lo que le causa tan profunda conmoción y crisis espiritual que dedice ordenarse sacerdote a los cincuenta y dos años. Sin embargo, vuelve a enamorarse de una bella actriz, Marta de Nevares (Amarilis o Marcia Leonarda en sus versos), de la que tiene varios hijos. Estos amores amargan sus últimos años al quedar ella ciegoa y perder, más tarde, la razón. Muere su hijo Lope Félix y es raptada su hija Clara. Estos hechos y sus primeros fracasos en la escena hicieron que Lope sobreviviera poco tiempo. Muere en Madrid en 1635.
 
[Literatura española 2, Alhambra Longman, 1992]

Lope deja por escrito en estos versos su concepción del teatro y así justificar lo que ha venido siendo hasta ahora su práctica habitual: Arte nuevo de hacer comedias. Lope defiende lo que llamaríamos hoy el teatro comercial. Es decir, sostiene que el teatro se sustenta en el público, y no en un canon aristotélico, artístico. Su fin es escribir un teatro de su tiempo, cuya norma suprema sea la de dar gusto al auditorio.

Novedades:


 -mezclar lo trágico y lo cómico.





-ruptura de la regla de las tres unidades: la unidad de acción, de espacio y de tiempo. 
(La nueva fórmula propone su ruptura cuando así lo exija la verosimilitud de la obra. Es habitual que se dé una acción secundaria a cargo de los criados o de otros personajes. Además, la acción puede tener lugar en varios días y en diferentes escenarios, ya que esto se ajusta a la naturalidad de las acciones humanas.)
 -estructura en tres actos.
(el planteamiento; al segundo, el nudo y al tercero, el desenlace. Según Lope, hasta la mitad del acto tercero el público no debía sospechar el final de la historia)
 -personajes arquetípicos: el galán, la dama, la criada/o (gracioso), villano, el rey. Desempeñan funciones fijas y se caracterizan por rasgos permanentes (idealización de galán y dama, lealtad en los criados, respeto y honor en padre/villano, justicia en el monarca).


La grandeza de Lope de Vega está en haber sabido dotar a la escena de un nuevo modo de expresión, uniendo la tradición literaria culta con el lenguaje coloquial. Su acierto, desligar la comedia de las ataduras de las normas clásicas para adaptarla a su época y contactar con el público.

Obras teatrales de Lope de Vega

Comedias de enredo y costumbres

Ambientadas en un ambiente urbano coetáneo. El asunto principal es el amor.  Están plagadas de celos, intrigas y malentendidos que desembocan en una final feliz. Destacan en este grupo: La dama boba; El perro del hortelano; La discreta enamorada...
La dama boba
Podéis leer la obra aquí, pero si lo preferís, podéis ver la representación aquí. Si no os apetece verla entera, ved al menos la introducción inicial que es interesantísima:
Finea, la “dama boba”, es el personaje que ilustra la tesis del poder regenerador del amor, al transformarse en un ser inteligente que sabe ingeniárselas para sortear los obstáculos que se oponen a sus deseos amorosos. Sin embargo, en su misma simpleza, Finea es un personaje encantador que despierta al entendimiento cuando el amor toca una fibra hasta entonces ignorada de su ser. La transformación de la boba en lista no es súbita ni inverosímil, Finea va cambiando gradualmente a medida que adquiere consciencia de su enamoramiento, iluminándosele la mente a la vez que se le enciende el corazón. En este proceso cobran gran importancia los celos, que son para Lope la sombra inseparable del amor, y para ella significan el primer sufrimiento de su vida. 
El perro del hortelano
En esta comedia de enredo de tema amoroso, la condesa Diana se enamora de su secretario Teodoro, a su vez enamorado de Marcela, la criada de la condesa. El código del honor impide a Diana dar salida a sus sentimientos hacia un hombre de clase social inferior, de donde se deriva una cadena de indecisiones que, ni la dejan amar a ella, ni permiten que siga adelante  la relación entre los sirvientes. Los clásicos ingredientes de estas comedias (cartas, celos, declaraciones amorosas, enfados y reconciliaciones, engaños, etc.) dan un ritmo vivo a esta pieza con final feliz.
Podéis leer la obra aquí o ver esta versión, realizada en 1981 en el programa Estudio 1 de RTVE:
Esta versión no está mal, pero la adaptación cinematográfica que realizó Pilar Miró es justamente famosa por su calidad. Aquí tenéis un fragmento:

Dramas de honor campesino

Ambientadas en un entorno rural idílico.  Protagonizadas por un  villano, un campesino rico, cristiano viejo, libre y digno, que se enfrenta solo o junto con todo su pueblo al abuso de poder de un noble que ha atentado contra su honor.  En estas obras surge la figura del rey como garante de la justicia apoyando la actuación del villano.
Destacan: Fuente Ovejuna; Peribáñez y el comendador de Ocaña; El mejor alcalde, el rey...
Fuente Ovejuna
Es posiblemente el título más popular y representativo de Lope de Vega. Basado en un hecho real acaecido durante el reinado de los Reyes Católicos.
El comendador de Fuente Ovejuna, Fernán Gómez de Guzmán, gobierna despóticamente al pueblo y viola a todas las mujeres de las que se encapricha. Cuando el comendador sale de Fuente Ovejuna para participar en la defensa de Ciudad Real, Laurencia, una joven labradora a la que acosa, se casa con su amado Frondoso. A su vuelta, Fernán Gómez detiene a este y viola a Laurencia. Ella misma, convertida en firme defensora de los derechos femeninos, incita al pueblo entero, que se rebela contra la tiranía y los abusos del comendador y, entre todos, lo matan.
Podéis leer la obra aquí o si os apetece más ver una versión realizada por RTVE:
Lo que Lope les estaba comunicando a sus contemporáneos es que convenía que los monarcas controlasen a los nobles que eran sus subordinados para evitar que pudieran ejercer el poder de forma inadecuada. Si Lope llevó al teatro una revuelta popular no es porque pretenda incitar a la sublevación del pueblo contra sus gobernantes, sino para alertar a los poderosos sobre los peligros que entraña el ejercicio desatinado del poder.
Una curiosidad muy interesante (sólo dura 1 min y medio):
2.-CALDERÓN DE LA BARCA
Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) da el segundo impulso a la revolución teatral del siglo XVII, incorporando a la escena los recursos básicos del estilo barroco: los juegos conceptistas, las metáforas gongorinas y su solemnidad sintáctica. 
Si en Lope hemos encontrado una ingente obra dramática, de invención apresurada y espontánea naturalidad, Calderón presenta menos producción, más meditada y reflexiva, con una artificiosa expresividad formal. Lo que en Lope eran elementos populares es en Calderón aristocratismo y elementos morales. La finalidad estética y lúdica de Lope es en Calderón dramatización artística con propósito educativo.
Es especialmente relevante la obra El alcalde de Zalamea. En este drama histórico, en el que se escenifica un conflicto entre la sociedad civil y el estamento militar, Calderón trata el honor desde una perspectiva diferente. Pedro Crespo, villano y alcalde de la localidad extremeña, encarna el honor de un modo digno. Los rasgos del protagonista son el equilibrio, la madurez, el amor a los suyos, la plena conformidad con su puesto en el mundo. Para él, el honor es una virtud del alma ligada con la dignidad del hombre. La violación de su hija Isabel por el capitán don Álvaro de Ataide (alojado en su casa) exige la muerte de este como castigo, venganza que se cumple y que es sancionada por el rey al final de la obra. A la figura del militar indigno, Calderón opone la de otro militar justo y honesto, don Lope de Figueroa.
La tiranía de la opinión pública (de la que depende la honra), indiferente a la verdad, exige de los personajes un precio tan alto como la vida: si existe sospecha de deshonra (por leve que sea), el hombre de la familia debe “lavar el honor” mediante la violencia directa o el aislamiento social (reclusión en un convento). Este es el “honor calderoniano”, del que todavía quedan dolorosas huellas.

La otra gran obra de este autor es La vida es sueño (1635). En este drama filosófico, una de sus obras maestras, de gran carga simbólica, se dan cita el ansia de libertad y la rebeldía violenta, el miedo al destino, la pasión y la venganza, la justicia y la sinrazón. La obra responde a la idea del desengaño barroco, es decir, la inconsistencia de la vida, la transitoriedad de lo terreno, la influencia de la educación en la conducta de las personas, la fuerza de la voluntad frente al destino. Calderón hace aflorar en su obra más trascendental las experiencias más radicales de la condición humana (la libertad, el amor, el poder, la injusticia, la educación); al tiempo que defiende en la escena la tesis contrarreformista católica del libre albedrío frente a la predestinación protestante, nos hace reflexionar sobre la fragilidad de la vida y la misteriosa oposición realidad/sueño y defiende una tesis ética: “que aun en sueños / no se pierde hacer el bien”.
Según Francisco Ruiz Ramón, cuatro son los ejes semánticos estructurales que configuran la acción de La vida es sueño:
  • El conflicto libertad/destino.
  • El metafórico de “la vida es sueño”.
  • El ético de “vencerse a sí mismo”.
  • El del poder político.
El programa de RTVE La mitad invisible dedicó uno de sus reportaje sobre La vida es sueño, una de las obras cumbre del teatro del Siglo de Oro español. Está ambientada en Polonia, en una época indeterminada. Allí el rey Basilio tiene encerrado en una torre a su hijo Segismundo, desde su nacimiento. El rey interpretó un horóscopo que le predecía que su hijo se alzaría contra él y que el propio Basilio acabaría postrado a los pies de Segismundo. Pese al temor, el rey decide llevar a cabo un experimento: ordena que su hijo sea dormido con una droga y trasladado desde su cautiverio al Palacio Real. Al despertar en palacio Segismundo tiene un comportamiento grosero y violento, lo que confirma la hipótesis de su padre, quien lo devuelve al encierro. Este hecho acaba siendo el final del reinado de Basilio, ya que el pueblo ha conocido la existencia del príncipe. Segismundo es liberado gracias a una sublevación, y éste acude a palacio donde su padre se abalanza a sus pies pidiendo clemencia. El príncipe acaba perdonando a Basilio. Lo que ha sucedido -afirman los especialistas- es que el horóscopo se ha cumplido (Basilio ha acabado a los pies de Segismundo), pero también ha sucedido lo impredecible: el perdón.
Esta trama encierra un denso debate teológico muy presente en la época de Calderón: predestinación frente a libre albedrío. La balanza se inclina por el libre albedrío, encarnado en el perdón de Segismundo. Podéis ver el programa aquí:
Captura
 Si os apetece ver La vida es sueño, podéis hacerlo con esta representación que hizo Estudio 1 en los años 70. Está muy bien:
Una visión renovadora de la obra, firmada por Helena Pimenta, versionada por Juan Mayorga y con la actriz Blanca Portillo en el papel de Segismundo:
Si habéis oído hablar de los  famosísimos monólogos de La vida es sueño y no os queréis “tragar” la obra entera, podéis ver y oír los monólogos abajo:




3.-TIRSO DE MOLINA
Fray Gabriel Téllez, conocido con el pseudónimo de “Tirso de Molina”, nació en Madrid en 1584 y es el más brillante de los seguidores de Lope de Vega.
Con la obra "El burlador de Sevilla", Tirso de Molina ofrece a la posteridad uno de los mitos más relevantes de la literatura española, que se proyecta más allá de nuestras fronteras: el mito de don Juan, el libertino conquistador de mujeres que no tiene ningún respeto por la vida de los demás y que vive de manera inmoral, desafiando las leyes humanas y divinas.
Argumento (¡atención, spoiler!)
Don Juan de Tenorio, tras seducir a la duquesa Isabela, en Nápoles, huye de la ciudad y llega a las costas de Tarragona, donde conoce a Tisbea, una pescadora a la que engaña también. En una nueva huida, llega a Sevilla y allí retoma sus aventuras amorosas seduciendo a doña Ana de Ulloa y matando luego a su padre, el comendador don Gonzalo de Ulloa, que acude a auxiliarla. Tiempo después, tras una ausencia de la ciudad, vuelve a Sevilla y en una iglesia ve la estatua del comendador sobre su tumba. Invita a la estatua a cenar y esta accede y acude a la cita, tras la cual invita a don Juan a otra cena, junto a su sepulcro. Cuando este llega al convite, la estatua del comendador lo agarra de una mano y lo lleva a los infiernos.
El personaje protagonista de la obra es don Juan Tenorio, apuesto joven de buena familia que, protegido por el poder (sus relaciones políticas y su posición social) transgrede las leyes sociales y las normas morales de la comunidad.  En su relación con las mujeres, don Juan se define a sí mismo, a lo largo de la obra, como burlador (“el mayor gusto que en mí puede haber es burlar  a una mujer y dejarla sin honor“). Cuatro son las mujeres burladas en este discurso dramático: dos mujeres nobles (Isabela y Ana) y dos plebeyas (Tisbea y Aminta). El método empleado por don Juan difiere: a las plebeyas les promete matrimonio, sabiendo de antemano que no está obligado a cumplir esa promesa; a las nobles las engaña haciéndose pasar por su amante.
Don Juan consigue burlar las leyes de los hombres (su pertenencia al poder le ampara), pero no logra escapar a la justicia de Dios (la Estatua de Piedra, representante del poder divino lo mata y arrastra al infierno) al ser condenado no solo a la muerte física, también a la muerte espiritual.

(Podríamos considerar que ver el teatro en lugar de leer la obra no es hacer trampa: el teatro está pensado para verse, no para leerse)

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