martes, 29 de mayo de 2018

Ejemplos de comentarios críticos resueltos

Ejemplo 1: Civismo - Rosa Montero (sobre los toros)

Ejemplo 2: Juguemos - Elvira Lindo

Ejemplo 3: Lunes - Juan José Millás

Ejemplo 4: Periodistas - Rosa Montero (selectividad)

Comentario de texto: entrevista a Elvira Lindo

Elvira Lindo, escritora

Nueva York se ha convertido en su segunda casa, o en la primera, según estén aquí o allá. La escritora Elvira Lindo y su marido, el también escritor Antonio Muñoz Molina, acaban de regresar a Madrid y a ratos ya piensan en la vuelta a la capital del mundo. Con ella mantienen una historia de amor que ya ha cumplido más de una década, y ahora han pensado estabilizarla residiendo una parte del curso allí, en Manhattan.Muñoz Molina ha terminado su trabajo como director en el Instituto Cervantes de Nueva York y Elvira Lindo tiene en proyecto escribir una guía personal sobre sus rincones preferidos en la urbe de los rascacielos.
- ¿Qué echa en falta ahora de Nueva York?
- Sobre todo, mi barrio. Cuando llevas un tiempo viviendo allí, tienes tus esquinas, tus restaurantes cerca de casa, tus tiendas, tus vecinos. En Nueva York, los restaurantes de barrio, que suelen ser pequeños, acogedores y baratos, tienen mucha importancia. La gente come fuera muy a menudo y son centros de reunión social. Supongo que lo que echas en falta es la vida normal, la otra vida normal.
-¿Puede decirse que aquí a usted y su marido les cuesta más pasar desapercibidos?
- Aquí no nos persiguen por ser muy conocidos. La atención que podamos suscitar en España es, por lo general, muy agradable. Los neoyorquinos tienen fama de ser prudentes. Allí, la vida privada es intocable; aquí, no.
-¿Los neoyorquinos son más educados que los españoles?
- A veces van tan rápido por la calle que pueden ser desconsiderados. Pero luego, por ejemplo, te escuchan con atención. Los españoles expresamos nuestras opiniones con mucha rapidez, mientras que ellos hacen una especie de pausa valorativa. Esperan. Dejan pasar un rato y luego hablan. Con el tiempo vas pensando en esto y crees que está bien. En fin, aquí estas cosas hay que decirlas con mucho cuidado, porque hace poco salieron unos datos en los que se decía que España era el país más antiamericano de la Unión Europea. Parece que cuando hablas así tienes que empezar disculpándote.
-¿Aquí la gente tiene unas señas de identidad más estáticas?
- En España muy poca gente se va a vivir fuera. Hay personas, incluso de los medios intelectuales, a las que se supone más viajadas, que todavía te pregunta: ¿Por qué? ¿Qué se te ha perdido allí?
-¿Qué tópicos sobre España utilizan más los estadounidenses?
- Hay cosas que nunca llegas a entender. Ideas sobre la vida, el comportamiento o el trabajo. Los modales son muy distintos a los nuestros y, a veces, muy rudos. Te encuentras con gente muy brillante, muy franca y con un trato muy exquisito, que mantiene una distancia que aquí se acorta enseguida, y que a la vez muestra esa rudeza. Pero, claro, ¿cómo nos verán ellos a nosotros? Quizá demasiado formales y ceremoniosos. Y es verdad. Nosotros tenemos una especie de ritual para sentarnos, comer y presentarnos a los otros, para ir más o menos arreglados. Es algo que lo hemos visto en nuestros abuelos y en nuestros padres, mientras que ellos no parecen tener esa conciencia.
                                                                                                                                             mujeraldia.com, septiembre 2016

Comentario de texto resuelto aquí

sábado, 19 de mayo de 2018

Y tras el Barroco llega...

... La Ilustración. 

El siglo XVIII es el "Siglo de las Luces", en el que impera un gran movimiento intelectual y renovador. 

La literatura española de este periodo no alcanzó las cotas creativas de las centurias anterior ya que la nueva realidad sociopolítica requería una literatura más racional, más educativa y con mayor contenido ideológico.

Un gran ejemplo es la obra que os propongo leer: "El sí de las niñas". Su autor es Leandro Fernández de Moratín (1760-1828) quien cultivó diversos géneros, aunque su indiscutible autoridad se manifiesta en la comedia, donde supo aunar la estricta ideología neoclásica con el éxito popular. Para él, la comedia debe perseguir por encima de todo una finalidad didáctica y ha de ridiculizar los comportamientos que nacen de la barbarie, la ignorancia y las malas costumbres. Su comedia, de carácter urbano, tiene una dimensión crítica e intelectual, y el deseo decidido de reformar determinadas costumbres españolas. 

El sí de las niñas es su obra maestra. Respeta todas las normas del teatro neoclásico: la regla de las tres unidades, la verosimilitud y la finalidad didáctica. Moratín critica los matrimonios concertados en los que una joven se desposa con un hombre mucho mayor que ella por decisión de sus padres y defiende el derecho de las mujeres a escoger libremente la persona con la que quieren casarse. 

Podéis leer la obra aquí.


miércoles, 2 de mayo de 2018